Universidad de Santiago de Chile
Congreso Internacional Ciencias Tecnologías y CulturasMás de mil participantes entre académicos, investigadores y estudiantes de distintas disciplinas de Chile, Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Perú, Cuba, Portugal y España acordaron mantener redes de contacto y trabajo para que estén vigentes las temáticas abordadas.
“Con el compromiso de mantener y fortalecer las redes académicas generadas y de redireccionar los enfoques de la academia en Latinoamérica, concluyó el Congreso Internacional Ciencias, Tecnologías y Culturas: Diálogo entre las disciplinas del conocimiento. Mirando al futuro de América Latina y el Caribe, que organizó la Universidad de Santiago de Chile (USACH) y que congregó en el campus de la USACH a más de mil participantes durante los días 30 y 31 de octubre y 1 y 2 de noviembre de 2008.
Las conclusiones y aportaciones del Congreso Internacional Ciencias, Tecnologías y Culturas: Diálogo entre las disciplinas del conocimiento, Mirando al futuro de América Latina y el Caribe, estarán disponibles prontamente en el
sitio web de la Usach
http://www.usach.cl/.”(USACH al día. Universidad de Santiago de Chile-Dirección de Comunicaciones Corporativas, 05 de noviembre de 2008).
http://www.usach.cl/arch/doc/pdf/Especial-CongresoConocimiento.pdf.
También más informaciones véase en:
http://www.usach.cl/portada.phpLink Congresos y eventos / Congreso de ciencias, tecnología y culturas
La intelectualidad, su pensamiento y sus tareas en el Bicentenario de la independencia. Hacia una Internacional del Conocimiento
Dr. Eduardo DEVÉS-VALDÉSCoordinador Congreso
(Intervención realizada en la ceremonia inaugural del congreso Ciencias, tecnologías y culturas. Diálogo entre las disciplinas del conocimiento. Mirando al futuro de América Latina y el Caribe, realizado entre 30 de octubre a 2 de noviembre de 2008 en la Universidad de Santiago de Chile)
Estamos inaugurando el congreso Ciencias, tecnologías y culturas. Diálogo entre las disciplinas del conocimiento. Mirando al futuro de América Latina y el Caribe, que debe entenderse en el marco del Bicentenario de las independencias, que numerosos países de América están conmemorando, en los años recién pasados o en los inmediatamente por venir. En el caso de Chile esta conmemoración ocurrirá en 2010.
1-Les hemos convocado a participar en una nueva iniciativa de trabajo intelectual que pretende articular tres dimensiones: una, el avance del conocimiento; otra, el encuentro entre las diversas ramas, disciplinas y grupos, que participan del proceso de producción, procesamiento y difusión del conocimiento y; en tercer lugar, la coordinación de quienes son agentes del conocimiento en vistas a mejorar nuestra incidencia sobre las políticas en general y específicamente sobre las políticas del propio conocimiento en el mundo contemporáneo, poniendo énfasis particular en América Latina y el Caribe (ALC).
2-La coyuntura del Bicentenario, de los 200 anos de vida política independiente, es una ocasión clave para pensar hacia el futuro. La situación muy menoscabada de algunas sub-regiones y la situación crítica de otras, debe llevar a la intelectualidad a preguntarse por su responsabilidad en el pobre desempeño de la región y en las maneras de incidir en la reforma de esta situación, en como revertirla y en como ubicar el conocimiento (y qué tipo de conocimiento) en el lugar necesario para ello.
La conmemoración de un hecho histórico importante, es una ocasión para realizar balances y formular proyecciones. Pienso que hay bastante consenso en el medio intelectual y universitario latinoamericano, que nuestra región deja mucho que desear y que lo poco que nosotros producimos no ha tenido el impacto que desearíamos.
3-El pensamiento en ALC, y en general en el mundo periférico, se ha jugado en la disyuntiva entre quienes postulan la necesidad de ser como el centro versus quienes postulan la necesidad de ser nosotros mismos o, dicho de otra manera, entre imitar al centro o afirman la propia identidad.
Esta disyuntiva tan importante para la intelectualidad latinoamericana ha conducido a un callejón sin salida, en muchas ocasiones. Es decir, la apuesta a ser como el centro o la apuesta a ser nosotros mismos ha conducido a pensar que basta con imitar a los más poderosos o con ser auténticos para que las cosas salgan bien, sin darse cuenta que esta disyuntiva, con todo lo importante que sea, puede pasar por el lado (y muchas veces pasa por el lado) de algo más fundamental: para tener éxito lo mas importante no es ni imitar a los exitosos ni inventar soluciones originales, lo mas importante en realidad es hacer las cosas bien.
Muchas personas pensarán que se trata de una perogrullada, y yo concuerdo con ello, pero se trata de la perogrullada más fácil de olvidar, especialmente por quienes practican la cultura del facilismo y confían en las mágicas recetas acerca de tener éxito si imitan al centro o si logran hacer algo original.
En esto que señalo existe una filosofía muy simple pero del más alto interés para los pueblos periféricos y cuya derivación consiste en que nuestras intelectualidades deben gastarse más en la reflexión sobre cómo hacer las cosas bien que en discutir sobre los modos de ser como el centro o los modos de constituir una nítida identidad.
La coyuntura del Bicentenario es oportuna para pensar sobre esto y pensar en cómo superar esta situación.
4-Y aquí nos topamos con la cultura de la academia latinoamericana. Pero ¿qué es eso de “cultura de la academia”? Se trata de un conjunto de costumbres y modos de hacer que se remonta y se constituye a lo largo de los siglos y que comprende elementos que son comunes a nuestras comunidades académicas y que, por otra parte, contribuyen tanto a asemejarlas entre sí como a distinguirlas de otras comunidades. Esta cultura académica, en algunos de sus rasgos se remonta a la universidad colonial, en otros a nuestra búsqueda de formación en las universidades más reputadas del mundo desarrollado a lo largo del siglo XX, en otros a la creación de una institucionalidad, en otros todavía a las conexiones con los estados, con la aparición de una intelectualidad en el seno de organizaciones religiosas de variado pelaje, de cofradías internacionales como la masonería y la teosofía, los organismo internacionales de financiamiento, y en otras ocasiones a trazos que dibujan nuestras culturas en un sentido más amplio: su cultura política, su cultura económica, su cultura militar. Algunos de estos orígenes han marcado el quehacer de nuestra intelectualidad más con el tinte proselitista que con el del compromiso directo con el bienestar de los pueblos. Para mucha gente, en la región, la tarea intelectual parece adquirir más sentido como difusión de alguna buena nueva, que como elaboración de conocimiento aplicado a las necesidades de la vida.
En la actualidad, se ha hecho usual analizar esta cultura académica en términos de sus fortalezas y debilidades. Esta es una perspectiva provechosa, aunque ciertamente no es la única. Y en esta oportunidad parece relevante poner énfasis en una debilidad y una fortaleza
Una debilidad importante de nuestra cultura académica consiste en la su incapacidad para ligar el conocimiento al bienestar de nuestros pueblos. No producimos un conocimiento que les sirva y no somos capaces de transmitirlo adecuadamente. Tanto es así, que numerosas personas bien inspiradas optan por salir de la universidad o por renunciar al quehacer intelectual para comprometerse con las luchas sociales de sus pueblos, convencidas que lo que produce nuestra academia es prácticamente irrelevante para mejorar ese destino. La incapacidad para generar inventos y descubrimientos, para producir patentes, para entregar una educación de calidad que facilite el desarrollo humano, para realizar transferencia tecnológica que mejore producción o la productividad son expresiones de ello. Esta dificultad para asociar el quehacer académico con el bienestar de los pueblos se articula, por cierto, con otros trazos de esta cultura académica, como el facilismo, que consiste en imaginar que nuestro quehacer no debe estar marcado por la excelencia sino por el caritativismo y que formula objetivos populistas o inmediatistas, bajando de ese modo sistemáticamente las exigencias de la calidad.
Junto a debilidades, esta cultura académica posee fortalezas, y en este caso conviene poner en relieve nuestra irrenunciable vocación crítica, que debemos mejorar otorgándole nuevas dimensiones. Ha sido apenas una pequena parte de la intelectualidad latinoamericana la que ha renunciado a su autonomía para aceptar las directivas de iglesias, partidos, estados, instituciones diversas u otros poderes. La mayoría, teniendo preferencias religiosas, ideológicas u otras, ha defendido un quehacer que tiene como criterios, los propios del quehacer intelectual, muchas veces sufriendo persecuciones, exilios, miserias, prisiones o hambres. Fortalecer esta capacidad, esta vocación crítica hacia la producción de un pensamiento más radical, original y creativo parece fundamental. Todo esto debería generar mayor producción, mejor producción y mayor densidad intelectual. (Artículo completo en la página Web de la Universidad de Santiago de Chile).
Universidad Santiago de Chile
CONGRESO INTERNACIONAL DEL CONOCIMIENTOSantiago, Chile, 29 octubre al 2 noviembre 2008
Mesa Nº 59 - La ciencia y la tecnología en el desarrolloPONENCIA:
LOS ESTUDIOS DE POSTGRADO Y LA PRODUCCIÓN DE LA CIENCIA Y TECNOLOGÍA EN EL PERÚ
Dr. Nemesio Espinoza Herrera
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Facultad de Ciencias Administrativas
En el contexto de la importancia de la ciencia y tecnología en el proceso de desarrollo de Latinoamérica adquiere trascendencia el tema de los estudios de postgrado en las universidades conducentes a la obtención de los grados académicos de magíster y de doctor. Esto por una sencilla razón: los estudios de postgrado son programas esencialmente de investigación científica y, por lo tanto, de producción de la ciencia, tecnología e innovación que debe estar plasmada en las Tesis, las mismas que divulgadas y trasferidas adecuadamente hacia la sociedad en general y hacia el sector productivo en particular, debe redundar en beneficiosas no sólo para la adopción gradual de una cultura científica latinoamericana sino para el desarrollo sostenido y sostenible con base tecnológica de las sociedades presentes y futuras.
En el caso del Perú, existen evidencias de que las universidades tanto públicas y privadas que tienen programas de postgrado no están cumpliendo a cabalidad sus roles esenciales en cuanto a la producción de la ciencia, tecnología e innovación debido a la convergencia de un conjunto de prácticas pedagógicas, diseño curricular y de gestión tradicionales que repercuten en las Tesis de maestría y de doctorado. De la revisión de una muestra de Tesis presentadas en las universidades para la obtención de grados académicos de magíster y doctor, en especial en el área de las ciencias sociales, se deduce que existe indicios de que la mayoría de ellas carecen de la rigurosidad epistemológica, metodológica y científica que imposibilita contribuir a la generación, difusión y aplicación de la ciencia, tecnología e innovación con las obvias consecuencias negativas para el país, la universidad y para el mismo graduando.
En general, el Perú no aparece en las estadísticas de producción científica en la región latinoamericana –en la que destaca Brasil, Argentina, México y Chile- y menos aparece cuando están referidas a las universidades peruanas. Estas limitaciones de la producción científica en el Perú y especialmente el limitado papel de las universidades peruanas en la generación de la ciencia y tecnología se expresan en los siguientes indicadores (Consultados en diferentes fuentes):
En tanto que Israel invierte en Investigación y Desarrollo el 4.5% del PBI, Finlandia 3.8, Japón 3.0, Korea 2.7, Estados Unidos 2.54, Brasil 1.04, Chile 0.57, México 0.39; el Perú invierte menos del 0.11. En tanto que Brasil produce 4 816 artículos científicos en revistas indexadas internacionales, Chile 2 482, Argentina 1 814, Venezuela 935, Colombia 759, Uruguay 409; el Perú produce apenas 283. En cuanto a patentes en el 2007, el Perú registró 1 332 solicitudes (4% de ellas de origen nacional) principalmente de inventores antes que de universidades o empresas. En el año 2004, por ejemplo, en España de las 4 533 solicitudes presentadas por residentes 318 correspondieron a universidades; en Brasil de 10 879, 212; en Perú de 38, una. En lo concerniente a la previsible deficitaria Balaza de Pagos Tecnológicos (BPT) en el Perú aún no existen informaciones. De otros países se establece que Estados Unidos, por ejemplo, tiene un superávit de 23 470 millones de dólares en la BPT, Reino Unido 1 838. La muestra de las BPT deficitarias son: Japón -779, Brasil -1289, Argentina -460, México -365, Chile -346.
De las aseveraciones anteriores se infiere que hay la necesidad de la descripción comparativa de las características de los programas de postgrado del Perú con los demás países de Latinoamérica y El Caribe, en especial con aquellos de mayor relativo desarrollo científico, a fin de perfilar estrategias de cambio que posibilite posicionar la investigación científica –entendida como la producción de la ciencia y tecnología contenidas en las Tesis- como rol fundamental de la universidad y en particular de los programas de postgrado en el contexto del tema Ciencia y Desarrollo.
Las sociedades del siglo XXI y del tercer milenio se han de liberar de los estragos del subdesarrollo y de la dependencia en la medida que producen, divulgan y aplican la ciencia, tecnología e innovación. La tríada ciencia-tecnología-innovación constituye hoy, por consiguiente, la catapulta del desarrollo sostenido y sostenible de las modernas sociedades del mundo y, especialmente, de los países de América Latina y del Caribe.
Sin embargo, la ciencia, la tecnología y la innovación no aparecen por ensalmo. Se produce a través de la Investigación Científica. Es así que el desarrollo de las sociedades de hoy –que significa la construcción de sociedades de base tecnológica- tiene por fundamento la Investigación Científica. Sin Investigación Científica, vale decir, sin el concurso de los científicos, no hay ni puede haber ciencia, tecnología e innovación; y, consecuentemente, no hay ni puede haber desarrollo económico y social de los países, entre ellos, el Perú.
El desarrollo económico y social sostenido de los países de Latinoamérica y El Caribe, entre ellos el Perú, ya no depende de sus ventajas comparativas -como el tener en abundancia recursos naturales-, sino exclusivamente de la ciencia, tecnología e innovación gestadas con la Investigación Científica, las mismas que precisamente les otorga la necesaria competitividad de las economías nacionales.
Las universidades, por otro lado, juegan un rol protagónico en lo que corresponde a las investigaciones científicas y, por consiguiente, a la producción de la ciencia, tecnología e innovación. Las universidades, por naturaleza, tienen por misión distintiva, fundamental y prioritaria la investigación científica, vale decir, la producción de la ciencia, tecnología e innovación y, sobre esa base, tiene la misión también de formar profesionales. Una universidad que no investiga y, por ende, no produce ciencia y tecnología no es universidad propiamente dicha.
Las universidades, entonces, constituyen entidades que por antonomasia son centros eminentemente productoras (y divulgadoras) de la ciencia, tecnología e innovación a través de la realización de las actividades de la investigación científica. Por tal razón las mejores universidades del mundo son –y será siempre- aquellas que realizan prioritariamente la actividad de la investigación científica y, por lo tanto, producen ciencia, tecnología. (Véase, por ejemplo, el documento titulado Ranking Universitario Mundial, elaborado por la Universidad de Shanghai – China. Editado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En presentación de Carlos García-Bedoya)
Es en este contexto descrito -en el que se ha puesto énfasis en la importancia de la ciencia, tecnología e innovación; de las investigaciones científicas y del rol de las universidades en el proceso de desarrollo de Latinoamérica y, por ende, del Perú-, que el tema de los estudios de postgrado en las universidades adquiere enorme trascendencia debido a una sencilla razón: los estudios de postgrado, por propia naturaleza, son programas esencialmente de Investigación Científica y, por lo tanto, programas de producción de la ciencia, tecnología e innovación; las mismas que deben estar plasmadas en las Tesis validadas para el otorgamiento de los grados académicos de máster y de doctor.
Características de los estudios de postgrado en las universidades del Perú
1. En el caso del Perú, existen evidencias de que las universidades tanto públicas y privadas que tienen programas de postgrado no están cumpliendo a cabalidad sus roles esenciales en cuanto a la producción de la ciencia, tecnología e innovación plasmadas en las Tesis, debido a la convergencia de un conjunto de tradicionales prácticas pedagógicas, de investigación, de diseño curricular, de gestión, carencia de investigadores así como de la ausencia de la promoción activa del Estado.
La universidad peruana es esencialmente profesionalizante. Por tal razón resulta explicable –hasta justificable- que los estudios de pregrado siendo eminentemente profesionalizantes no ponga énfasis en la investigación y, por ende, en la producción científica. Empero, lo inadmisible resulta que los programas de postgrado –programas de naturaleza eminentemente de investigación científica y de producción de la ciencia y tecnología- sean, también, profesionalizantes.
2. “Las Escuelas de Postgrado están destinadas a la formación de docentes universitarios, especialistas (segunda especialidad) e invetigadores. Sus estudios conducen a los grados de Maestro y de Doctor”. “Para la maestría y el doctorado es indispensable la sustentación pública y la aprobación de un trabajo de investigación original y crítico”. “La Unidad de Postgrado es la unidad académica de la facultad encargada de planificar, organizar y dirigir los estudios de Segunda Especialización y de organizar y dirigir los estudios de Maestría y Doctorado en el ámbito de su competencia”. “Los estudios de Postgrado están orientados, por un lado, al perfeccionamiento profesional a través de la Segunda Especialización y, por otro, a la formación de docentes universitarios e investigadores a través de la Maestría y el Doctorado”. “Para obtener el grado de Mestro se requiere …sustentar y aprobar una Tesis original y crítica”. “ Para obtener el grado de Doctor se requiere … sustentar y aprobar una Tesis de investigación original y crítica de alto nivel” (Véase las normas legales referidas en la Ley Universitaria y en el Estatuto de la UNMSM).
Sin embargo, en la práctica la naturaleza de los estudios de postgrado se ha distorsionado. Estos programas –que no son de Segunda Especialización sino de Maestría y Doctorado- están diseñados para “formar profesionales de alto nivel (sic)”, para “Preparar líderes empresariales”, para “entrenar líderes, gerentes y especialistas que buscan transformar las perspectivas profesionales”, para “fomentar que el estudiante desarrolle aptitudes y actitudes de gestión, liderazgo y emprendimiento”, etc. y no para lo que por naturaleza le corresponde: formación de investigadores y de docentes universitarios así como la investigación científica como actividad prioritaria y fundamental; hechos que evidencian la “fuerte mercantilización de los postgrados que se desarrollan en función de demandas. Se comienza a ver los postgrados como fuente de recursos y no como espacio de investigación”. (La Educación Superior en América Latina: postgrado e investigación de Claudio Rama)
3. Aún cuando en sus documentos de convocatorias de estudios de postgrado se manifieste que la investigación es la actividad principal y que tienen por objetivos la formación de investigadores científicos y de docentes universitarios; sin embargo, en la praxis los estudios se orientan más hacia el “perfeccionamiento profesional” que a las investigaciones científicas. La revisión de los planes de estudios y la observación a sus estrategias pedagógicas evidencian que los estudios de postgrado son más estrategias de formación profesional que de investigación por cuanto, entre otras cosas, las labores de investigación científica –incluidas las lectivas en las que tampoco se da énfasis, por ejemplo, a la epistemología- no son prioritarias.
De la revisión de una muestra de Tesis presentadas en las universidades para la obtención de grados académicos de magíster y doctor, en especial en el área de las ciencias sociales, se deduce que existe indicios de que la mayoría de ellas carecen de la rigurosidad epistemológica, metodológica y científica que imposibilita contribuir a la generación, difusión y aplicación de la ciencia, tecnología e innovación con las obvias consecuencias negativas para el país, la universidad y para el mismo graduando (Véase, por ejemplo, Investigación de Postgrado en Educación: entre la Monofonía o la Polifonía. Carlos Astete Barrenechea)
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En otras palabras, las Tesis de post grado no son necesariamente –como debiera ser- expresiones de la producción de ciencia y tecnología.
4. No obstante a la excesiva cantidad de programas de estudios de postgrado existentes en el Perú y teniendo en cuenta que estos programas son los principales actores de la producción de la ciencia, tecnología e innovación, ellos no están, empero, comprometidos activamente en la producción de la ciencia y tecnología en términos de las demandas que la modernidad exige. Como consecuencia de todo esto, en general, el Perú no aparece en las estadísticas de producción científica en la región latinoamericana –en la que destaca Brasil, Argentina, México y Chile- y menos aparece cuando están referidas a las universidades peruanas. Y no podía aparecer, pues los programas de postgrado encargados de producir ciencia y tecnología en el Perú, no los hacen. (Véase la ponencia completa en documentos del Congreso, Mesa Nº 59, en un próximo documento electrónico).