¡RENACEN 33 MINEROS!
La ciencia y la tecnología al servicio de la Vida
A unos 700 metros de profundidad bajo tierra, 33 mineros realizaban sus labores cotidianas en la mina cuando de pronto, por cosas del destino, se derrumbó y quedaron atrapados en una especie de cueva a la que los cautivos denominaron “El Refugio”. Producido el fatal hecho y habiendo pasado ya varios días sin que haya señales de la exacta ubicación del lugar en el que pudieran estar los mineros, dijeron que era imposible que estuvieran vivos y que trabajarán para, ojalá, encontrar sus restos.
Estos mineros, al igual que otros del mundo, entre ellos del Perú, trabajaban en pésimas condiciones humanas y ante este tipo de previsibles accidentes no había sistemas de seguridad que permitiera su inmediata ubicación y rescate. Si esto hubiera ocurrido en el Perú, por ejemplo, lo más probable es que le hayan dado por muertos, y punto. Sin embargo, hubo gente que amaba la vida, gente que apuesta por la vida y por la paz y no por la muerte como apuestan los asesinos y guerreadores de toda estirpe. Persistieron en la esperanza de encontrarlos vivos, hasta que una de las sondas introducidas a las profundidades de la tierra regresó con un papel que decía: “Estamos bien los 33 en El Refugio”. (Foto: http://www.omnia.com.mx/)
A partir de ese momento decidieron hacer algo casi imposible: rescatar a los 33 mineros con vida. No se escatimaron recursos ni esfuerzos. La cápsula de rescate “Fénix II” –debieron llamar “Julio Verne I” (1) constituyó, sin la menor duda, la mejor expresión de la tecnología latinoamericana puesta al servicio de la vida. (Ahora la cápsula de rescate de los mineros -de fabricación chilena- tiene igual fama que la cápsula del Apolo XI que trajo con vida a los astronautas que por primera vez llegaron a la Luna). Se destinaron millones dólares. Vinieron expertos del mundo. La solidaridad internacional se puso de pie.
Este hecho es una buena señal para la humanidad. Simboliza la solidaridad universal en la lucha por la vida y por la paz mundial. Personifica la importancia de la ciencia y tecnología. Plantea la necesidad de sobreponer las condiciones humanas en el trabajo de los mineros del mundo frente a los desmedidos apetitos por las ganancias. No a las guerras cuyo fin es acabar con la vida humana, sí a la paz que es defensa de ella. ¿Guerra Perú-Chile, por ejemplo? Absurdo histórico propio de mentalidades guerreristas de siglos pasados. Perú, Chile, Bolivia y todos los países de Latinoamérica y el Caribe, de Asia y África y, en general el mundo entero, unidos por la paz, por la vida, por mejores condiciones de trabajo, por la erradicación gradual de la pobreza, ignorancia y del subdesarrollo.
Nuevamente el planeta Tierra se echa a andar.
(1): El francés Julio Verne en su cimera novela Viaje al centro de la tierra, publicada en 1864, describe así las entrañas profundas de la tierra: “Es perfectamente conocido que el calor aumenta aproximadamente un grado por cada 60 pies de profundidad bajo la superficie del globo. Por tanto admitiendo esta proporcionalidad constante y dado que el radio terrestre tiene 1.500 leguas, en el centro existe una temperatura que sobrepasa los 200.000º. Las materias del interior de la tierra se encuentran, pues, en estado de gas incandescente, ya que los metales, el oro, el platino, las rocas más duras no resisten semejante calor”. En otro pasaje describe una situación que bien se puede atribuir a la de los mineros rescatados por su incesante lucha contra la adversidad y por la vida: “¡Los elementos conspiran contra mí! ¡El aire, el fuego y el agua aúnan sus esfuerzos para oponerse a mi paso! ¡Pues bien, ya se verá lo que puede mi voluntad! ¡No cederé, no retrocederé ni un paso y veremos quién puede más, si el hombre o la naturaleza”.