Homenaje a José María Arguedas Altamirano, célebre escritor de Apurímac, por los cien años de su nacimiento
La famosa novela Todas las sangres del gran escritor apurimeño José María Arguedas, inicia relatando el suicidio del “Viejo”, don Andrés Aragón de Peralta, patriarca terrateniente y gamonal ricachón de la sierra con cuya muerte sobreviene la destrucción de su estirpe feudal. “El viejo se subió a tientas las gradas de piedra que conducían como un túnel a lo alto de la torre…llegó hasta las campanas .. Era día de fiesta y la multitud rebasaba hasta el atrio. Hombres y mujeres del pueblo y de los anexos próximos y lejanos habían venido a oír misa …(El viejo) estaba vestido de levita; sobre la camisa blanca, una corbata vieja, de seda brillante, se agitaba en el aire. -¡Escuchadme, malditos! ¡Maldito pueblo! ¡Maldito cura! ¡Maldita plaza! --- -¡Señores: ya voy a morir!. Oíd mi última voluntad, desde esta altura que no es de Dios solamente … Las campanas no tocan para el cura únicamente … ¡La torre No es de Dios. Es mía. … Escúchenme k’anras (sucios)… -Te estaba esperando cura ¡Traga hostias! … tus oraciones son de lata y no llegan al cielo, obedece la receta de los layk’as (brujos) … el anticristo es el cura … ¡Muladar, akatank’a (insecto cuyo hábitat son las heces) … Ustedes, los indios van a entrar por la puerta grande a mi casa (cuando yo muera) ¡De frente, como dueños! Pongo de testigos al pueblo y a su cura. … y llévense cuanto es mío. Mi mujer seguirá encerrada en su cuarto con la Gertrudes .. ¡Yo predico la venganza, señores! .. sus manos temblaban. –No es cobardía; es el alcoholismo … El cuerpo del anciano se convulsionaba débilmente; tenía un poco de espuma en la boca.” Y así, el Viejo se suicidó tomando veneno.
La novela se entreteje en el odio entre los hijos del Viejo, don Bruno (terrateniente de nata mentalidad feudal) y don Fermín (de mentalidad de un típico hombre de negocios aburguesado que deseaba ver la modernidad en la sierra). Así mismo la novela –en sus 604 páginas- recrea las complejidades sociales que se suscitan en torno a la explotación de la mina Aparcora en la que la empresa transnacional, movida por apetitos gananciales, crea condiciones objetivas para la convulsión social campesina en Lahuaymarca liderada por un indio, Rendón Willca, quién había asistido al colegio, había estado en Lima y sabía lo que significaba la clase dominante y propició una gran rebelión en contra del sistema imperante.
Así mismo, en esta novela Arguedas hace célebres, además de las ya mencionadas, algunas otras palabras quechuas: Punaruna (indio), Salk’a (salvaje, ignorante), Maula (pérfido, felón), Alk’o (cobarde), Chascha (adulete), Wak’ate (cobarde, llorón), Saccra (diablo, anticristo), K’echa (débil de carácter).
Por otra parte, hay un extraordinario libro, Las cartas de Arguedas escrito por John V. Murra, que recomiendo su lectura para conocer la vida cuasi privada de José María Arguedas. En este libro, Murra, gran amigo personal de Arguedas, hace referencias, por ejemplo, de las penurias de un José María sin un centavo en el bolsillo y también sobre lo que significaba para él (José María) la “Mama Lola Hoffman”, su psiquiatra. Como se sabe, Arguedas se suicida con un tiro en la sien estando de profesor en la Universidad Agraria La Molina; entonces Arguedas era también profesor de San Marcos.
Jaime Guardia, famoso charanguista de Huamanga, que hoy nos sigue brindando las melodías de su charango con canciones ancestrales ayacuchanas, fue amigo personal de José María, al igual que el eximio violinista sentimental andino Máximo Damián y disfrutaba muy sinceramente de su música así como de los danzantes de tijeras. Arguedas dedica la novela Todas las sangres a Jaime Guardia; diciendo así: “A Jaime Guardia, de la villa de Pausa, en quien la música del Perú está encarnada cual fuego y llanto sin límites.”
Yawar fiesta, Los ríos profundos, El sexto, El zorro de arriba y el zorro de abajo, La agonía de Rasu Ñiti y otras, son las obras de José María Arguedas que le ha convertido en un escritor apurimeño de talla universal.
ELOGIOS DEL PREMIO NOBEL MARIO VARGAS LLOSA A JOSE MARIA ARGUEDAS ALTAMIRANO
Especial aprecio y admiración ha expresado el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa en diferentes ocasiones hacia José María Arguedas, reconociendo su grandeza así: “Por su bellísima prosa, la delicadeza de sus temas y el mensaje de amor y de fe en el pueblo indio de sus cuentos y novelas, José María Arguedas es uno de los mejores narradores contemporáneos del Perú; su obra, Todas las sangres es una de las más constructivas” (“En Narradores peruanos”, 1955, diario “El Comercio”). "José María Arguedas –continúa diciendo Mario Vargas Llosas- es un hombre sencillo, trabajador y sin grandes ambiciones, ha tenido una niñez y una juventud muy duras. Arguedas no ha buscado nunca la celebridad ni la fortuna”. (Reproducido por la revista El Dominical 10/10/10).
Pero el mejor homenaje que hace el laureado escritor peruano a José María Arguedas es en el discurso pronunciado en Suecia el 07 de diciembre del 2010 en ocasión de recibir el Premio Nobel de Literatura 2010. A continuación el extracto de su discurso:
“Un compatriota mío, José María Arguedas, llamó al Perú el país de “todas las sangres”. No creo que haya fórmula que lo defina mejor. Eso somos y eso llevamos dentro todos los peruanos, nos guste o no: una suma de tradiciones, razas, creencias y culturas procedentes de los cuatro puntos cardinales. A mí me enorgullece sentirme heredero de las culturas prehispánicas que fabricaron los tejidos y mantos de plumas de Nazca y Paracas y los ceramios mochicas o incas que se exhiben en los mejores museos del mundo, de los constructores de Machu Picchu, el Gran Chimú, Chan Chan, Kuelap, Sipán, las huacas de La Bruja y del Sol y de la Luna, y de los españoles que, con sus alforjas, espadas y caballos, trajeron al Perú a Grecia, Roma, la tradición judeo-cristiana, el Renacimiento, Cervantes, Quevedo y Góngora, y la lengua recia de Castilla que los Andes dulcificaron. Y de que con España llegara también el África con su reciedumbre, su música y su efervescente imaginación a enriquecer la heterogeneidad peruana. Si escarbamos un poco descubrimos que el Perú, como el Aleph de Borges, es en pequeño formato el mundo entero. ¡Qué extraordinario privilegio el de un país que no tiene una identidad porque las tiene todas!”
(Elogio de la lectura y la ficción, Discurso de Mario Vargas Llosa el 07 de diciembre del 2010 en Estocolmo, Suecia).
José María Arguedas en Wikipedia
“Un compatriota mío, José María Arguedas, llamó al Perú el país de “todas las sangres”. No creo que haya fórmula que lo defina mejor. Eso somos y eso llevamos dentro todos los peruanos, nos guste o no: una suma de tradiciones, razas, creencias y culturas procedentes de los cuatro puntos cardinales. A mí me enorgullece sentirme heredero de las culturas prehispánicas que fabricaron los tejidos y mantos de plumas de Nazca y Paracas y los ceramios mochicas o incas que se exhiben en los mejores museos del mundo, de los constructores de Machu Picchu, el Gran Chimú, Chan Chan, Kuelap, Sipán, las huacas de La Bruja y del Sol y de la Luna, y de los españoles que, con sus alforjas, espadas y caballos, trajeron al Perú a Grecia, Roma, la tradición judeo-cristiana, el Renacimiento, Cervantes, Quevedo y Góngora, y la lengua recia de Castilla que los Andes dulcificaron. Y de que con España llegara también el África con su reciedumbre, su música y su efervescente imaginación a enriquecer la heterogeneidad peruana. Si escarbamos un poco descubrimos que el Perú, como el Aleph de Borges, es en pequeño formato el mundo entero. ¡Qué extraordinario privilegio el de un país que no tiene una identidad porque las tiene todas!”
(Elogio de la lectura y la ficción, Discurso de Mario Vargas Llosa el 07 de diciembre del 2010 en Estocolmo, Suecia).
José María Arguedas en Wikipedia
José María Arguedas Altamirano, nace en Andahuaylas el 18 de enero de 1911y fallece en Lima el 2 de diciembre de 1969. Fue un escritor, antropólogo y etnólogo peruano. Como escritor es autor de novelas y cuentos que lo han llevado a ser considerado como uno de los tres grandes representantes de la corriente indigenista en el Perú, junto con Ciro Alegría y Manuel Scorza.
Introdujo en la literatura indigenista una visión interior más rica e incisiva. La cuestión fundamental que se plantea en sus obras es la de un país dividido en dos culturas (la andina de origen quechua y la urbana de raíces europeas), que deben integrarse en una relación armónica de carácter mestizo. Los grandes dilemas, angustias y esperanzas que ese proyecto plantea son el núcleo de su visión.
Su labor como antropólogo e investigador social no ha sido muy difundida, pese a su importancia y a la influencia que tuvo en su trabajo literario. Se debe destacar su estudio sobre el folclore peruano, en particular de la música andina; al respecto tuvo un contacto estrechísimo con cantantes, músicos, danzantes de tijeras y diversos bailarines de todas las regiones del Perú. Su contribución a la revalorización del arte indígena, reflejada especialmente en el huayno y la danza, ha sido muy importante.
Fue además traductor y difusor de la literatura quechua, antigua y moderna, ocupaciones todas que compartió con sus cargos de funcionario público y maestro.
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