MIGUEL ANGEL, genialidad hecha
hombre
Miguel Ángel nació en 1475 en la región de
Toscana, cerca a Florencia, Italia. Murió en 1564 a los 88 años. Fue un
verdadero genio: era arquitecto (diseñó, por ejemplo, la Basílica de San Pedro
de Roma, especialmente la famosa Cúpula), fue un genio escultor (véase como
ejemplo Piedad y El David como muestras de sus famosas esculturas) y fue pintor
extraordinario (véase, por ejemplo, el Juicio
Final que está en el techo de la impresionante Capilla Sixtina en el Museo
del Vaticano, Roma.
Miguel Ángel -su nombre en italiano es
Michelangelo Buonarroti-, anduvo realizando sus obras entre Florencia y
Roma.
Sobre la célebre
nariz torcida que lucía Miguel Ángel, se cuenta que se debe a un certero golpe
que le propinó un tiranuelo. ¿Cuál fue la razón? Dicen que al tirano déspota no
le gustó que su “obra” fuera reprobada por Miguel Ángel. Es que el ambicioso duquecillo,
además de ser un dictadorzuelo, quiso ser también pintor famoso como Miguel
Ángel, y para mayor complacencia de su desmedida vanidad sometió su mediocre
“obra” a opinión del genio. Miguel Ángel dijo algo así: “es una cojudez”. Y
¡suácate!
Las palabras
están demás cuando se trata de admirar las obras de Miguel Ángel. Veamos
algunas de ellas.
FOTOS: Primera foto: Miguel Ángel, obsérvese su
nariz. La siguiente foto es de La Piedad,
excepcional escultura de Miguel Ángel que está en la Basílica de San Pedro
(Roma) dentro de una vitrina antibalas y provisto de un sistema electrónico de
seguridad. Hay un separador que impide que las personas se acerquen a la
vitrina. Uno queda absorto al verlo tal perfección humana. Pensar que fue hecho
por un hombre. (¿Miguel Ángel fue humano?). La siguiente foto es de la famosa
Sixtina en el Museo del Vaticano (Roma). Es un salón cuyo techo es muy alto y
está repleto –al igual que sus paredes laterales- de geniales pinturas de
Miguel Ángel. La siguiente foto es la escultura de Moisés hecha por Miguel
Ángel. Sobre esta escultura cuentan que Miguel Ángel viéndolo su fenomenal obra
golpeó la rodilla de Moisés con un martillo, diciéndole: ¡por qué no me hablas!
Es que es tan perfecta la obra que a Moisés sólo le falta hablar. La última
foto muestra la pintura de la Creación
del Hombre que está en la Capilla de la Sixtina.
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