30 julio, 2012

Roma Eterna


ROMA, la Ciudad Eterna: donde anduvo Espartaco, Julio César y Cleopatra


Al igual que a Florencia, rindo mi admiración a la maravillosa ciudad de Roma, por cuyas calles tuve la suerte de andar. De Florencia a Roma hay una distancia de una hora y 40 minutos en Tren y se llega al Gran Termini.
Roma, denominada la Ciudad Eterna, fue fundada en el año 753 a. C (Antes de Cristo). Roma es la sede del cristianismo (Iglesia Católica) y centro histórico del poder del Papa. Fue la capital del gran Imperio Romano. Roma es el lugar donde están las mejores obras arquitectónicas y artísticas del mundo.
Dentro de la ciudad de Roma está el Estado del Vaticano, sede de la Iglesia Católica (Santa Sede), en el que la famosa Iglesia de San Pedro (Basílica de San Pedro, véase en la foto principal la afamada Plaza de San Pedro, foto NEH) es el centro. Resalta también el Gran Museo del Vaticano, sede de la famosa Capilla Sixtina.
El actual papa es Benedicto XVI que hace poco sucedió al carismático papa Juan Pablo II –quien 1985 en Ayacucho oró por la paz y en Iquitos se proclamó ser también “charapa” (1985).
Roma, como sabe todo el mundo, es una ciudad histórica. Su historia es, al fin y al cabo, la historia de la humanidad. Su historia de casi tres mil años está repleta de grandes acontecimientos civiles (como el de la rebelión del esclavo Espartaco (73 al 71 a.C), militares (como las conquistas de Julio César) y religiosos (como el inmortal cristianismo). Así, Roma es cuna de grandes ciudadanos, estadistas, estrategas militares, artistas geniales, etc. que hasta ahora suscitan admiración mundial.
El gran Julio César
Desde la secundaria en la que escuché por primera vez acerca de la historia de Julio César, siempre me causó admiración sus grandes hazañas de miliar y de estadista. Nació en el año 100 a.C. y murió en el año 44 a.C., es decir, murió joven a los 56 años después de conquistar al mundo (de entonces) y hacerse emperador. Fue apuñalado –según dicen- por el senador Bruto (Bruttus). (Eso de Bruto ¿fue su apellido o así lo endilgaron después que asesinó a Julio  César?, si fuera este último caso está bien porque, además de asesino, había que ser bien mediocre y bien bruto para quitar la vida a un genio).

Se cuenta que en una ocasión, un intrépido romano quiso estar con Pompeya (esposa de Julio César) “aunque sea un ratito”. Es que Pompeya era una mujer de extraordinaria y tentadora belleza. Se introdujo sigilosamente en la habitación donde estaba solita Pompeya, pero ésta lo corrió a palos. Más tarde Julio César se enteraría del incidente y no sin antes pasarle la guillotina por el cuello del osado romano, Julio César dio por “página volteada” diciendo: “la mujer del César no sólo tiene que ser honesta, sino parecerla”.   
Otra célebre historia de Julio César, dueño del mundo (de entonces), es su relación con la diosa de la belleza, de la astucia y, además, reina de Egipto: Cleopatra, diosa de carne y hueso. Julio César no sólo conquistó y dominó Egipto sino también conquistó y dominó a la mujer más bella e inteligente del mundo (de entonces). Julio César era un empedernido mujeriero –todo genio tiene su punto débil, el de Julio César era el asunto de las mujeres. A propósito, en Viñetas de Cultura Popular (Nº 7, mayo 2010), digo: “El gran estratega militar Julio César nunca perdió guerra alguna hasta que se topó con Cleopatra –Reina de Egipto- y perdió no sólo la guerra sino la cabeza (y la vida); y mientras sus enemigos guerreaban para aniquilarle, el pobre Julio César se mantuvo completamente ebrio, loco y “muerto” de amor por ella, por Cleopatra”.

En las dos anteriores ilustraciones (pinturas) se muestran a un Julio César  victorioso, emperador, dueño absoluto del mundo (de entonces), recibiendo honores en el campo de batalla; y a la belleza de una moribunda Cleopatra. Ésta, no encontrando razones de seguir viviendo, se suicida. ¿Qué razón había para seguir con vida sin César, sin Roma, sin ser reina de Egipto y rechazado por los romanos?
Calígula y Nerón: ¿Dementes en el poder de Roma?
 La insania y la crueldad en el poder. La historia cuenta que el emperador romano Calígula (12-41) era talentoso pero que una serie de circunstancias (enfermedades, frustraciones, ambiciones, etc.) lo convirtió en un loco extravagante y en un perfecto pervertido sexual. Para los ojos de Calígula, era un festín y un espectáculo gozoso ver rodar cabezas de sus enemigos. Ofrendaba valiosísimas joyas a su caballo. Grandes satisfacciones le causaba el hacer el amor con las mujeres de sus adversarios, en presencia de ellos, etcétera.
Nerón (37 – 68), por su parte, a diferencia del Calígula, si bien no era loco, pero era extraordinariamente cruel. Hasta mató a su propia madre por intrigas propias del poder político. Se dice que incendió Roma para remodelarla, aunque otros dicen que la célebre quema de Roma fue obra de los cristianos que entonces eran proscritos.

 

A continuación algunas vistas de la Roma actual.



El Papa Benedicto XVI saludando a los turistas el 22 de abril de 2012 (Foto NEH). Incrédulo yo, no creía la versión de que todos los domingos salía el Papa a saludar a los turistas del mundo presentes en la histórica Plaza de San Pedro. Justamente el domingo 22 de abril, cuando a medio día estuve en la misma Plaza de San Pedro admirando  fascinado su arquitectura, de improviso todo los que estaban ahí, irrumpieron con sonoros aplausos. Tan inmensa es la Basílica de San Pedro que miré por todos lados para ubicar el lugar desde dónde estaba el Papa hablando, cuando dirigí la vista hacia donde todos miraban, allá lejos, en una de las ventanas (en la foto en la ventana se ve un telar de color rojo oscuro y al Papa de blanco), ¡ahí estaba el Papa Benedicto XVI en persona! Escuché pasmado sus saludos en todos los idiomas y cuando me di cuenta estaba yo con mis manos en posición de oración, emocionado al ver y escuchar al representante de Dios en el planeta Tierra.


Impresionante monumento de mármol blanco en honor del primer rey de la Italia unificada, Víctor Manuel II (Foto NEH).


La famosa Cúpula de la Iglesia de San Pedro, diseñada por Miguel Ángel (Foto NEH). Obsérvese a los turistas en la Cúpula. Llegar ahí no es fácil, es un largo camino de ascensión por una angosta escalera. Aun descansando de tramo en tramo, no había cuándo llegar a la bendita Cúpula; hasta que, al fin, uno llega y observa maravillado desde el cielo a toda la ciudad de Roma.


Interior del antiguo Coliseo Romano (Foto NEH). Se construyó en el año 70 d.C. con una capacidad para 50 mil espectadores. La principal atracción era la lucha de los gladiadores (uno tenía que matar al otro), la pelea del hombre con los leones y la recreación de grandes guerras. Hoy, el Coliseo Romano (símbolo de la Roma Imperial), es un lugar turístico y Patrimonio Cultural de la Humanidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

qué bella es Roma, sus fotos prof. tienen buena nitidez. :)