El asunto de la Vocación
“Dígales que lo único que quiero en la vida, es ser escritor; y lo voy a
ser” (Gabriel García Márquez). Es decir, Gabo descubrió su verdadera vocación.
Hace lo que más le gusta: escribir. Así, además de gozar, tiene fama universal
y gana mucho dinero.
A Messi le fascina jugar fútbol, disfruta muy intensamente corriendo
tras la pelota; encima, le pagan un montón de dinero. Si no descubrimos lo que
genuinamente nos gusta hacer, por consiguiente, si no descubrimos realmente
nuestros talentos, lo que hacemos, hacemos mal. En tales condiciones nuestro
trabajo es una cruz que llevamos día a día.
Este asunto de la VOCACIÓN es crucial en la vida. Corresponde al sistema
educativo –desde el Jardín- descubrir talentos y crear condiciones para
desarrollarlos. Pero hay una manera efectiva de no descubrir y desarrollar
talentos: el modelo de educación en el Perú que datan de hace un siglo. “Mis
hijos eran talentosos, inventores, creadores; hasta que mandé al colegio”,
decía con el ceño fruncido mi hermano.
Quizás la vocación de tu hijo(a) no sea estar en la universidad (la
universidad es sólo una alternativa y no un -sí o sí-; acaso su verdadera
vocación sea el ser mecánico, pero bueno y talentoso; no un mecánico mediocre.
Quizás su vocación sea ser un artista, futbolista, literato, empresario,
fotógrafo, científico; pero, de los buenos. Alégrate que tu hijo(a) te haya
dicho: “Lo único que quiero en la vida es ser empresario; y lo voy a ser”;
señal de que ha descubierto su vocación empresarial y que el Perú tiene a un
nuevo empresario de los buenos que creará empleo y riqueza. (Ilustración
principal: orientaciónvocacional.blogspot.com).
Por: Nemesio Espinoza Herrera
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