Insanias y crueldades en el poder
La historia cuenta que el
emperador romano Cayo César o Calígula era talentoso
pero que una serie de circunstancias (enfermedades, frustraciones, ambiciones,
etc.) lo convirtió en cruel y hasta en un orate. Para los ojos de Calígula, ver
rodar cabezas de sus enemigos era un festín y un espectáculo gozoso. Ofrendaba
valiosísimas joyas a su caballo. Grandes satisfacciones le causaba el hacer el
amor con las mujeres de sus adversarios, en presencia de ellos, etcétera. La
crueldad en el trono. Nerón, Hitler, Idi Amim Dada, Pol Pot, etc. otros insanos
y crueles en el poder.
El Inca Garcilaso de la Vega en
su famoso libro Los Comentarios Reales, como diciendo que en todas partes se
cocían habas, cuenta las crueldades de Atahuallpa en guerra con Huáscar. La
crueldad de Atahuallpa –aunque está probado que no era ningún demente- fue
inmensa que mandaba matar a sus enemigos ahogándolos, a hachazos,
torturándolos, despeñándolos, degollándolos, ahorcándolos.
Quien entra al poder tiene su
punto de quiebre, para bien o para mal, pero siempre cambia. La persona en el
poder ya no es –no debe ser- la misma. Estando en el poder es otra persona. Un
país habrá caído, sin embargo, en desgracia si quien sube el poder con embustes
cambia para convertirse en cruel y hasta en demente.
Por: Nemesio Espinoza Herrera
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