29 marzo, 2012

Viñetas de Cultura Popular Nº 14

Viñetas de Cultura Popular Nº 14
EL GRAN SABIO BUDA Y EL BUDISMO



Sócrates (Grecia), Confucio (China) y Buda (India) son los grandes sabios que ha tenido la humanidad. Los tres magnos filósofos son contemporáneos pues estuvieron de paso por el planeta Tierra por los años 500 á 450 años, aproximadamente, Antes de Cristo. Transcurren más de 2,500 años y seguimos interesándonos por sus pensamientos. Ninguno de ellos ha dejado algún escrito, sólo sabemos que existieron por la admiración hacia ellos que profesaron y profesan las generaciones en la historia de la humanidad. ¿Cuándo aparecerán sabios con la grandeza de Sócrates, Confucio y Buda en el mundo?

De Sócrates y de Confucio ya hemos hecho algunas referencias (Viñetas de Cultura Popular Nº 3, 2009). Ahora haremos algunas reseñas acerca del gran sabio llamado Buda.
BUDA significa “el iluminado”, “el que permanece despierto”, “el sabio”, “el inteligente”, “el filósofo”, el que ha adquirido absoluta paz interior porque ha logrado felicidad mental y la transmite hacia la humanidad.


Paremos de sufrir. El pensamiento Buda consiste –según interpreto- en el logro de la verdadera felicidad de las personas y evitar los sufrimientos a que estamos sometidos. Tal como pensaba Buda, desde que la persona nace, la vida es una cadena de inevitables sufrimientos; el nacer mismo es sufrimiento, así como lo es la muerte. Si miramos retrospectivamente nuestras vidas, hemos sufrido mucho. Llantos, dolores, frustraciones, tristezas, amarguras, rencores, preocupaciones, engaños, angustias, depresiones, disputas, incertidumbres, ambigüedades, agitaciones, etc.; resultan inevitables que nos resignamos o nos consolamos diciendo “la vida es así”.


Las religiones como refugios ante los sufrimientos. Como la humanidad –desde que la persona humana apareció en la Tierra-, siempre es afligida por el dolor y por el sufrimiento, se ha tratado de encontrar algún ensalmo o conjuro para el consuelo de la humanidad aquejada por el sufrimiento. La religión Católica o el Cristianismo (y sus matices) dice: “Dios ha creado al hombre y a la mujer, ellos han pecado y deben sufrir. Hallarán el consuelo después de sus muertes en el cielo (o seguirán en la desventura, en el infierno), según el bien o el mal proceder”. Yo soy católico, a mi modo, he sido formado y vivo en una sociedad católica, trato de vivir lo más rectamente posible, tengo la esperanza –perdonen mi ignorancia- de hallar consuelo a mis sufrimientos en la otra vida. Más o menos la misma idea tienen las otras religiones como el Judaísmo y el Islamismo; pero el pensamiento de Buda, el budismo, no es religión. (Religión es creer en algún ser superior, creador y protector; divino y sagrado).


El Budismo: El pensamiento Buda no es, a mi entender, una religión. Es una filosofía trascendental que busca la superación del sufrimiento humano y el acercamiento a la felicidad humana; aquí y ahora. El budismo dice: La vida es sufrimiento, sufrimos porque estando sumidos en la ignorancia, tenemos la mente que fabrica deseos y alborota nuestro interior; pero, debemos superar el sufrimiento y lograr la paz interior renunciando a los deseos y apegos irracionales, inviables y nocivos a través del buen pensar y actuar en la vida cotidiana. Así interpreto a las “4 Nobles Verdades” del pensamiento Buda. Es decir, la felicidad –paz interior, armonía mental, tranquilidad espiritual-, podemos encontrar aquí, ahora y en nosotros mismos; no en el cielo, no en un ser omnipotente, no en Dios. Buda –según entiendo- nos dice: Tú estás inmerso en el sufrimiento, tú mismo puedes librarte de él a través del sabio manejo de tu mente y de tus deseos, actuando correctamente, meditando, encontrándote contigo mismo, cultivando el AMOR y, así, hallando tu propio paz interior. "El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional". Sufrimos pero no hacemos nada para evitarlo.


Lama y Osho son budistas que predican el pensamiento de Buda (Ver Viñetas de Cultura Popular Nº 7 y 10). “En general la causa final del sufrimiento es la mente: la mente influida por malos pensamientos como la ira, los celos y el aferrarse a las cosas. La vida es corta y una gran parte de ella ya ha transcurrido. La muerte puede llegar en cualquier momento y cuando lo haga lo único que podremos llevarnos con nosotros será las huellas mentales de las acciones de nuestras vidas”. (Dalai Lama). “Yo no voy a ayudarte a convertirte en alguien. Yo no soy tu enemigo. Sólo puedo ayudarte a ser un donnadie, sólo puedo empujarte al abismo, sin fondo; simplemente te disolverás y la felicidad será permanente, eterna, por y para siempre. Buda alcanzó esto. Buda dijo: la vida es aflicción, el nacimiento es aflicción, la muerte es aflicción, todo es desdicha. Y era desdicha porque el ego estaba ahí. El bote no estaba vacío”. (Osho, El bote vacío).


La meditación en el contexto del Budismo. Dominarse a sí mismo no es fácil ni inmediato. Es complicado y es gradual. Requiere de una extraordinaria fuerza de voluntad. El filósofo chino Lao-Tse decía con sabiduría: “Aquel que vence a los demás posee fuerza, aquél que vence a sí mismo es poderoso; aquel que conoce a los demás es inteligente, aquel que conoce a sí mismo es sabio”. Y una buena manera de conocerse y dominarse a sí mismo y, por consiguiente, armonizar nuestra mente y encontrar la paz interior es a través de un sistemático proceso de meditación convertido en hábito.


El propósito principal de la meditación es lograr una mente tranquila que posibilite la paz interior y la serenidad capaz de irradiarlas a las personas de su entorno y promover la felicidad humana.
Recomendación de un principiante en la meditación: siéntete cómodo (sentado, echado, parado o como en la fotos de arriba). Trata de encontrar la tranquilidad. Emprende la relajación: relaja todo tu cuerpo, diciéndote mentalmente “mi cabeza está totalmente relajada, mi cuello, mis brazos, mi tronco, mis entrañas están totalmente relajados, mis piernas y pies están relajados, etc., etc.; todo mi cuerpo está completamente relajado”. Mientras dices estas “oraciones” aparecerán pensamientos como tratando de evitar la relajación, simplemente no le des importancia, déjalos y continúa con la meditación. Imagina un hermoso y relajante paisaje que hayas visto. Estando relajado, concentrado en tu interior, imagínate a ti mismo como un ser en paz, sin rencores, sin preocupaciones, sin miedos, lleno de felicidad, irradiando amor.


Pero los expertos recomiendan meditar así: “Escoge un lugar y una hora, y procura en cierto sentido no fallar ningún día. Para meditar cómoda y tranquilamente es necesario crear una atmósfera que nos ayude a relajarnos, dejando fuera todas las preocupaciones. Si así lo deseas, puedes utilizar velas, incienso, o quemar aceites esenciales, los cuales te ayudarán a conseguir ese ambiente relajante. 2) Siéntate con la espalda, la cabeza y el cuello en línea recta. Te puedes colocar mirando hacia el este o hacia el norte. 3) Al comienzo practicar la meditación puede resultar algo “difícil”, ya que debemos instruir la mente para mantenernos alejados de preocupaciones y pensamientos, y para mantenerla tranquila mientras dure la meditación. 4) En lo que se refiere a la respiración, comienza con unos cinco o seis minutos de respiración profunda, para luego hacerla más lenta. Es mejor mantener luego una pauta rítmica para la respiración, inhalando y exhalando durante unos tres segundos aproximadamente. 5) Al comienzo es normal no controlar la mente, pero no te preocupes, si se obliga a concentrarse al final se consigue todo lo contrario. 6) Trata de llevar la mente a descansar, fijándote en algún punto interno de tu organismo, o algo que tengas a la vista. Mantenlo luego en este punto focal durante toda la sesión. 7) En el momento en que se consigue la meditación, se alcanza un estado de pensamiento puro identificable, aunque se deberá retener la conciencia de la dualidad”. (Fuente: Naturalternativa.net). (Las imágenes, si no se indican lo contrario, proceden de la Internet).

EL GRAN GENIO SOFOCLETO



Luis Felipe Angell de Lama (1926-2004), piurano, adoptó el seudónimo de Sofocleto en honor al gran Sófocles (autor de Edipo Rey), y le dio mucha fama. Sanmarquino momentáneo, Don Sofo fue deportado varias veces por sus ácidas críticas humorísticas a los gobernantes.


Fundó su propio periódico que le dio el nombre de Don Sofo y siendo su director (dueño, periodista, diseñador, impresor, portero, canillita; a la vez) escribía como todo director su “editorial”, pero él titulaba socarronamente “Peditorial” (acompañando una ilustración).
Gustaba escribir Sonetos, a los que él llamaba “Sofonetos”. (El Soneto es una forma poética compuesta por catorce versos de once sílabas). Escribía también décimas, (poesía de una estrofa constituida por 10 versos octosílabos; vaya exquisiteces de los poetas). Pero lo que más destacaba era sus Sinlogismos (El Silogismo es una forma de razonamiento deductivo que consta de dos proposiciones como premisas y otra como conclusión, siendo la última una inferencia necesariamente deductiva de las otras dos -Wikipedia). Pero Don Sofo, irónicamente, le llamaba Sinlogismos a sus razonamientos y eran sus deducciones filosóficas de la vida cotidiana, pero cargadas de humor.


En anteriores ocasiones ya he hecho algunas referencias al gran don Luis Felipe, Don Sofo. (Véase Viñetas de Cultura Popular Nº 7: TIPOLOGÍAS HUMANAS El conchudo, el cojudo y el pendejo; así como en Viñetas Nº 4).


He seleccionado de la Internet algunos pensamientos de Sofocleto: Por ejemplo, presento extractos del Diccionario de la Real Academia de Don Sofo: AMOR: Enfermedad temporal que se cura con el matrimonio. Palabra de cuatro letras, dos consonantes, dos vocales y dos idiotas. BAILAR: Es la frustración vertical de un deseo horizontal. CEREBRO: Órgano que sirve para que pensemos que pensamos. DOLOR DE CABEZA: Anticonceptivo más usado por la mujer de estos tiempos. EXAMEN ORAL: Prueba para conseguir una beca en la Casa Blanca. BUSTO: Estatua de un hombre sin manos, o parte de las mujeres donde están las manos del hombre. CANDIDATO: Persona que obtiene dinero de los ricos y votos de los pobres para protegerlos a unos de los otros. LENGUA: Órgano sexual que algunos degenerados usan para hablar. URÓLOGO: Especialista que te mira el pene con desprecio, te lo agarra con asco y te cobra como si te lo hubiera chupado. CONFIANZA: Vía libre que se le da a una persona para que cometa una serie de abusos. CURA: Persona a la que todo el mundo lo llama Padre, con excepción de sus hijos, que lo llaman tío. DIPLOMACIA: Arte de decir \'lindo perrito\', hasta encontrar una piedra para tirársela. FÁCIL: Dícese de la mujer que tiene la moral sexual de un hombre. GINECÓLOGO: Especialista que trabaja en el lugar donde otros se divierten. HÉROE: Individuo que, a diferencia del resto, no pudo salir corriendo. HOMBRE: Ser masculino que durante sus primeros nueve meses de vida quiere salir de un lugar al que intenta entrar el resto de su vida. INDIFERENCIA: Actitud que adopta una mujer hacia un hombre que no le interesa, que es interpretada por el hombre como "se está haciendo la difícil". INTELECTUAL: Individuo capaz de pensar por más de dos horas en algo que no sea sexo. ORATORIA: Arte de no decir nada; pero diciéndolo con mucho énfasis. AMIGO: sucursal de uno mismo. DON JUAN: tocador de Señoras. ADULTERIO: mandar a un tipo al mismísimo cuerno.


A continuación algunos pensamientos contenidos en sus Sinlogismos de Sofocleto: Eva fue la primera mujer que vivió a costillas del hombre. La calumnia es una verdad dicha por nuestros enemigos. Dios es ateo. El comunismo y las mujeres dicen que todos los hombres son iguales. Lo bueno de la muerte es que jamás repite. El burro es una opinión en cuatro patas. En los enchufes está el sexo de la electricidad. La soledad consiste en estar con alguien que no está. Eva era tan celosa que por la noche le contaba las costillas a Adán. La mediocridad es el arte de no tener enemigos. La vida es una muerte lenta. La nada no significa nada; eso es todo. El capitalista vive explotando pero siempre sale ileso. ¿De qué se reirán los esqueletos? Las canas ya no se respetan, se tiñen. Lo malo de la experiencia es que nos enseña a golpes. Nada viste tanto a una mujer como la desnudez. Cuando llueve es que orinan los ángeles, cuando gotea es San Pedro que trata de orinar. ¿Cómo harán para vivir los muertos de hambre? Los ociosos no tienen tiempo para nada. Quien se pinta las canas es porque no las merece. Se puede ser feliz con una mujer, siempre que no sea la misma. La unanimidad es la opinión del que manda. Lo peor del farsante es que es auténtico. La Ciencia consiste en descubrir que las cosas existen. Pienso... luego existo (Descártese). "Amén", y el creyente se despide de Dios hasta el próximo pedido. Casarse con una mujer rica es contraer patrimonio.


Entre ser chistoso y humorista. Una vez le preguntaron de cuál era el origen de su humor. El gran Sofocleto respondió así: “Fíjate que somos de origen escocés e irlandés, que es la parte de Inglaterra que más ha producido humoristas, como Oscar Wilde, y hay también cierta influencia de mis abuelos que tenían un gran espíritu jocoso. Es decir, que lleva al chiste y que no es lo mismo que humorista porque el humorismo está cargado de filosofía. El humorista no es un chistoso que hace reír a la gente. Lo que busca el humorista es hacer reír a la gente porque el que sonríe es porque piensa. La carcajada, no. Si un hombre pisa una cáscara de plátano y se cae en la calle, hay cinco idiotas que se ríen. ¿Qué los hizo reír? Algo sin ningún valor intelectual. En cambio, si nutres a la, gente directamente con un humor distinto, entonces logras esa inmensa satisfacción de hacer cosas positivas a través del humor”.

EL REBELDE Y RADICAL Don MANUEL GONZÁLEZ PRADA



Su verdadero nombre es José Manuel de los Reyes González de Prada y Ulloa (Lima, 1844-1918). Es decir, pertenece a una familia de alcurnia. “Como ensayista es considerado uno de los mejores del Perú. Se destacó por ser un ferviente crítico de la sociedad en que le tocó vivir. Durante la guerra contra Chile, participó en las batallas de San Juan y Miraflores e hizo sentir su marcado sentimiento antichileno. Viaja a Europa donde permanece alrededor de siete años. Fue Director de la Biblioteca Nacional en reemplazo de don Ricardo Palma”. (Referencias de Wikipedia).


Sanmarquino momentáneo, el gran don Manuel González Prada fue un destacado pensador “outsider”, valiente, rebelde, ávido de cambiar la sociedad, con radicales pensamientos contra la Iglesia y el Estado considerados como oprobios a la condición humana de los desheredados. Propugnaba la abolición del Estado, por eso es conocido como anarquista.
Manuel González Prada, autodidacta, tiene varias publicaciones, aunque sólo Pájinas(sic) libres y Horas de lucha fueron publicadas mientras estaba vivo. La mayoría de sus publicaciones fueron hechas póstumamente. González Prada en sus ensayos se ocupa de una serie de temas de interés nacional tales como la situación del indio, la iglesia católica y la prevalencia de una sociedad corrupta en todos los niveles.


Don Manuel González Prada hizo famosa esta sentencia suya: "Los viejos a la tumba, los jóvenes a la obra." Fundó el Partido Nacional. Admiró la ciencia (positiva), por tal razón es conocido como pensador positivista y es uno de los más preclaros representantes del positivismo en el Perú (Javier Prado, Jorge Polar y Manuel Vicente Villarán; fueron también positivistas). Siendo positivista convicto rechazó la resueltamente a la metafísica (cargada de la Teología). Siendo positivista se opuso a la religión y atacó al catolicismo peruano por sus tácticas acomodaticias y alianza con los poderosos. Don Manuel propugnaba la separación de la Iglesia y del Estado y planteaba que en la Educación no debía haber enseñanza religiosa. Pero, Don Manuel González Prada también criticaba la indolencia del pueblo, de los oprimidos que no hacía nada por sacudirse del dominio de sus dirigentes, de sus autoridades, de sus gobernantes, de sus avasalladores.


Respecto a la religión, especialmente dirigiéndose a la Católica, decía: “La religión sirve como poderoso instrumento de servidumbre: con la resignación encadena el esfuerzo de rebeldía; con la esperanza de un bien póstumo adormece el presente dolor de los desheredados” (Pájinas Libres). En esta misma obra expresa su animadversión a una sociedad injusta. “Si un humorista inglés –decía don Manuel- deseaba que las caras de todos los hombres se redujera a una sola, para darse el gusto de escupirla ¿Quién no anhelaría que la humanidad tuviera un solo rostro para poder enjugar todas las lágrimas”.


En su obra Horas de Lucha destaca la siguiente declaración: “Ese Dios pasible y egoísta que eternamente cabecea en lo infinito, mientras el universo se retuerce en el dolor, la desesperación y la muerte. La opresión se llama Estado, Iglesia y Capital, tres manifestaciones solidarias del poder que esclaviza al hombre”.


Sobre la Ciencia, Manuel González Prada decía: “Si la ignorancia de los gobernantes y la servidumbre de los gobernados fueron nuestros vencedores, acudamos a la Ciencia, ese redentor que nos enseña a suavizar la tiranía de la naturaleza, adoremos la Libertad, esa madre engendradora de hombres fuertes. No hablo, señores, de la ciencia momificada que va reduciéndose a polvo en nuestras universidades retrógradas: hablo de la Ciencia con ideas de radio gigantesco, de la Ciencia que trasciende a juventud y sabe a miel de panales griegos, de la Ciencia positiva que en sólo un siglo de aplicaciones industriales produjo más bienes a la Humanidad que milenio enteros de Teología y Metafísica” (Páginas libres, Pág 66. Los subrayados son míos).


Manuel González Prada sale en defensa de su ideología anarquista. Precisamente en el artículo Anarquía dice: “Si a una persona seria le interrogamos qué entiende por Anarquía, nos dirá, como absolviendo la pregunta de un catecismo: "Anarquía es la dislocación social, el estado de guerra permanente, el regreso del hombre a la barbarie primitiva". Llamará también al anarquista un enemigo jurado de vida y propiedad ajenas, un energúmeno acometido de fobia universal y destructiva, una especie de felino extraviado en el corazón de las ciudades. Para muchas gentes, el anarquista resume sus ideales en hacer el mal por el gusto de hacerle. Sin embargo Anarquía y anarquista encierran lo contrario de lo que pretenden sus detractores. El ideal anárquico se pudiera resumir en dos líneas: la libertad ilimitada y el mayor bienestar posible del individuo, con la abolición del Estado y la propiedad individual. Si ha de censurarse algo al anarquista, censúresele su optimismo y la confianza en la bondad ingénita del hombre. El anarquista, ensanchando la idea cristiana, mira en cada hombre un hermano; pero no un hermano inferior y desvalido a quien otorga caridad, sino un hermano igual a quien debe justicia, protección y defensa. Rechaza la caridad como una falsificación hipócrita de la justicia, como una ironía sangrienta, como el don ínfimo y vejatorio del usurpador al usurpado. No admite soberanía de ninguna especie ni bajo ninguna forma, sin excluir la más absurda de todas: la del pueblo. Niega leyes, religiones y nacionalidades, para reconocer una sola potestad: el individuo. Tan esclavo es el sometido a la voluntad de un rey o de un pontífice, como el enfeudado a la turbamulta de los plebiscitos o a la mayoría de los parlamentos. Autoridad implica abuso, obediencia denuncia abyección, que el hombre verdaderamente emancipado no ambiciona el dominio sobre sus iguales ni acepta más autoridad que la de uno mismo sobre uno mismo”.


Sobre el Estado, en Anarquía dice: “El individuo se ha degradado hasta el punto de convertirse en cuerpo sin alma, incondicionalmente sometido a la fuerza del Estado; para él suda y se agota en la mina, en el terruño y en la fábrica; por él lucha y muere en los campos de batalla. En la Edad Media fuimos un trozo de género para coser una sotana; hoy somos el mismo trozo para hacer una casaca. Y (todo lo sufrimos cobarde y ovejunamente! Merced a innumerables siglos de esclavitud y servidumbre, parece que hubiéramos adquirido el miedo de vernos libres y dueños de nosotros mismos: en plena libertad, vacilamos como ciegos sin lazarillo, temblamos como niño en medio de las tinieblas”.


En Horas de Lucha Manuel González Prada se rebela contra el silente complicidad con la penosa condición humana: “Ese librepensamiento no sirve de mucho en los combates de la vida, y el hombre que le ejerce no pasa de un filósofo egoísta, infecundo, en una palabra, neutro. ¿Qué vale condenar en el fuero interno las supersticiones, si a la faz del mundo las aprobamos tácitamente? ¿De qué aprovecha estrangular imaginariamente a los criminales, si realmente les tendemos la mano de amigo? ¿Qué bien reportan a la Humanidad los sabios que se emparedan en su yo, sin comunicar a nadie la sabiduría? Linternas cerradas, alumbran por dentro. Cuando se abriga una convicción, no se la guarda religiosamente como una joya de familia ni se la envasa herméticamente como un perfume demasiado sutil: se la expone al aire y al Sol, se la deja al libre alcance de todas las inteligencias. Lo humano está, no en poseer sigilosamente sus riquezas mentales, sino en sacarlas del cerebro, vestirlas con las alas del lenguaje y arrojarlas por el mundo para que vuelen a introducirse en los demás cerebros. Si todos los filósofos hubieran filosofado en silencio, la Humanidad no habría salido de la infancia y las sociedades seguirían gateando en el limbo de las supersticiones”. “Sincera y osadamente formulamos nuestras convicciones, sin amedrentarnos por las consecuencias, sin admitir división entre lo que debe decirse y lo que debe callarse, sin profesar verdades para el consumo del individuo y verdades para el uso de las multitudes. Erradiquemos de nuestras entrañas los prejuicios tradicionales, cerremos nuestros oídos a la voz de los miedos atávicos, rechacemos la imposición de toda autoridad humana o divina, en pocas frases, creémonos un ambiente laico donde no lleguen las nebulosidades religiosas, donde sólo reinen los esplendores de la Razón y la Ciencia. Procediendo así, viviremos tranquilos, orgullosos, respetados por nosotros mismos; y cuando nos suene la hora del gran viaje, cruzaremos el pórtico sombrío de la muerte, no con la timidez del reo que avanza en el pretorio, sino con la arrogancia del vencedor romano al atravesar un arco de triunfo”.


Respecto al INDIO, dice: “Entre tanto, y por regla general, los dominadores se acercan al indio para engañarle, oprimirle o corromperle. Y debemos rememorar que no sólo el encastado nacional procede con inhumanidad o mala fe: cuando los europeos se hacen rescatadores de lana, mineros o hacendados, se muestran buenos exactores y magníficos torsionarios, rivalizan con los antiguos encomenderos y los actuales hacendados. El animal de pellejo blanco, nazca donde naciere, vive aquejado por el mal del oro6: al fin y al cabo cede al instinto de rapacidad. Bajo la República ¿sufre menos el indio que bajo la dominación española? Si no existen corregimientos ni encomiendas, quedan los trabajos forzados y el reclutamiento. Lo que le hacemos sufrir basta para descargar sobre nosotros la execración de las personas humanas. Le conservamos en la ignorancia y la servidumbre, le envilecemos en el cuartel, le embrutecemos con el alcohol, le lanzamos a destrozarse en las guerras civiles y de tiempo en tiempo organizarnos cacerías y matanzas como las de Amantani, Llave y Huanta. Al indio no se le predique humildad y resignación sino orgullo y rebeldía. ¿Qué ha ganado con trescientos o cuatrocientos años de conformidad y paciencia?”