27 junio, 2012

Acerca de la Política


ACERCA DE LA POLÍTICA

Por: Nemesio Espinoza Herrera


(Informe de lectura presentado al Dr. Raymundo Prado Redondez, el 24/05/12)


De las lecturas referenciales sobre los diversos documentos relacionados a la POLÍTICA (La Política, lógica y método en las ciencias sociales de Giovanni Sartori. Ciencia Política, una introducción de Josep M. Vallés, Debate sobre el liberalismo político de Habermas/Rawls, República de Platón, La Política de Aristóteles, El Príncipe de Maquiavelo, Sobre el Estado de Lenin, Manual de Ciencia Política de Francisco Miro Quesada Rada, etc.), así como de las referencias sobre el pensamiento político de Pareto, Hobbes, Rousseau, Stuart Mill y Montesquieu obtenidas en documentos electrónicos, doy cuenta en los siguientes términos:
Aunque de la Política se han establecido innumerables conceptos, considero que La Política son las maneras de llegar al poder y de ejercerlo. Llegar al poder del Estado en una sociedad y ejercerlo ese poder es lo que frecuentemente se llama política.
Sin embargo, también se habla de política en el contexto de una empresa (o de una institución), de un hogar, de un club. El gerente de una empresa, el presidente de una institución, el jefe de familia hacen política porque llegan al poder (de la empresa, de la institución, del hogar) para ejercerlo y lograr propósitos determinados. En buena cuenta, el hombre (o la mujer) por naturaleza (sea como protagonista de la política o como coadyuvante de ella) es un “animal político”, como daba entrever Aristóteles, al que Santo Tomás de Aquino agregaba: también un “animal social”. Quitadle lo político al hombre (o a la mujer), sólo quedará lo “animal”. En buena cuenta, un hombre o una mujer que no es político, no sólo es irracional, sino tonto útil del “hombre político”.
En este pequeño artículo, empero, hablaremos sobre la Política como la apropiación del poder del Estado y el ejercitarlo. Es decir, hablamos de la política como el dominio en la sociedad a través del poder del Estado. En tal sentido, Platón (en República), por ejemplo, entendía a la política como el hecho de asegurar el “bien público” de la gente, de la sociedad, de la ciudad óptima, de la “cosa común”.
Otros tratadistas de La Política, cualquiera fuera su orientación ideológica, liberal o marxista, siempre se preocuparon en orientar que la política tiene que estar vinculada al “bienestar de la sociedad”. Hobbes, por ejemplo, aunque en una posición ecléctica, planteaba el bienestar en la convivencia entre la monarquía y el parlamento para el beneficio del “pueblo”.
Rousseau, establece ciertas políticas que influyeron en la Revolución Francesa como un gran ensayo de la posibilidad de que la Política puede, debe, traer bienestar a la población en términos de “libertad, igualdad y fraternidad” y manifestaba que “El hombre –que es bueno por naturaleza pero que la sociedad en la que hay política lo corroe- nace libre, pero en todos lados está encadenado” por el poder político o por sus manifestaciones. Stuart Mill, por citar otro ejemplo, predicó que la política para traer bienestar debe mantener el “que cada individuo tiene el derecho a actuar de acuerdo a su propia voluntad en tanto que tales acciones no perjudiquen o dañen a otros”. Montesquieu, siempre en su prédica de la política entendida como portador de bienestar humano, sostenía –desarrollando a Locke- que era necesario la “división de poder”.
 “La ciencia política es una ciencia social que estudia fundamentalmente el ejercicio, distribución y organización del poder en una sociedad” (Miro Quesada, 2011). En el contexto del concepto de política, entonces, adquiere mucha importancia el asunto del concepto poder. El Poder es, según entiendo, la capacidad (o la existencia de ciertas condiciones) para ejercer dominio sobre cosas, pero especialmente –acaso únicamente- sobre las personas. Poder es el derecho de influir sobre las personas y de hacerse obedecer para lograr los propósitos, claro está, de quien ejerce el poder.
El asunto es que la Política vinculada al poder del Estado (cualquiera que fuera sus características) ha concitado mayor interés desde Platón hasta Sartori, por establecer un espacio de tiempo). Hablar de Política es hablar del Estado, siempre, o casi siempre. Tras el concepto de política –ejercicio del poder para influir en las personas para lograr propósitos-, y especialmente en cuanto a la política ejercida a través del Estado se refiere, se han establecido infinidad no sólo de conceptos y categorías sino de teorías y corrientes de pensamiento filosófico y científico acerca de la Política tales como: “Política, ciencia política, poder, gobierno, partidos políticos, grupos de presión, opinión pública, sistemas electorales, revolución, violencia, ideologías políticas, doctrinas políticas (Miro Quesada, 2011), que ocupan la atención del mundo. A ellos debemos agregar otros conceptos tales como: democracia, liberalismo, anarquismo, socialismo, humanismo, monarquía, absolutismo, oligarquías, poder eclesiástico, poder castrense, reynados o principados, república, liberalismo, anarquismo, nacionalismo, burocracia, etc. etcétera. Sartori, por otro lado, desarrolla una serie de planteamientos sobre las distintas vertientes de la Ciencia Política: la teoría de la democracia, los partidos (abogaba por el “partido relevante”), el sistema electoral y la política constitucional.
Sobre los diversos aspectos relacionados a la Política, Vallés –por citar otro ejemplo- sostiene que el desarrollo de la política como tal aparece hace 10 mil años cuando se produce el cambio del homo sapiens a la revolución agrícola en la que aparecen las comunidades y aparece el embrión de la política. Esto significa que la Política es tan antigua como la misma historia de la humanidad. Señala que la política se desarrolla al fragor de la división social del trabajo y del modo de producción en los que son necesarios los medios de dominación (por ejemplo la dominación con armas o con la burocracia) y que todos esos acontecimientos hacen que la política experimente cambios.
Todo este conjunto de conceptos, categorías, teorías, pensamientos, modelos, etc. que se tejen sistémicamente alrededor de la Política describen, precisamente, su complejidad. Pero mayor complejidad adquiere el asunto de la política cuando interviene, inevitablemente, los problemas lingüísticos en el debate sobre la política, que a decir de Noam Chomsky el problema filológico precisamente le otorga mayor complejidad a los discursos científicos, epistemológicos y filosóficos debido a que, finalmente, intervienen aspectos semánticos y etimológicos. 
Es esta situación, a mi entender, que las diferentes teorías –e Hipótesis- respecto a la Política son concepciones y/o percepciones singulares y muy propias de cada autor o tratadista que le conceden a sus tratados de complejidades debido a que están repletas de términos y de conceptos muy singulares del autor que para un lector hasta pueden resultar ambiguas por los asuntos lingüísticos que están implícitos, -hoy ha aparecido, por citar sólo un ejemplo, el término de “politicidad” ¿es absolutamente necesario? Y, claro, al respecto se pueden escribir tomos enteros- los mismos que son enteramente discutibles y, a decir de Popper, criticables (y/o falsables). Así, en las teorías acerca de la Política de Platón, de Hobbes, Rousseau, de Maquiavelo, de Sartori, de Vallés, etc. cada quien crea sus terminologías, sus categorías, sus pensamientos conforme a sus paradigmas.
Es más, las lecturas acerca de los tratados sobre la Política adquieren mayores complejidades no solo, además, por el asunto lingüístico y la singularidad de los pensamientos particulares, sino también por el tema de las traducciones e idiomas. Me temo que la interpretación de los traductores de textos de Aristóteles, por ejemplo, no correspondan a los que exactamente quiso él decir, debido a que pasar del griego al alemán, de ésta al inglés y luego al español y/o al italiano, etc. resulta inevitable que las ideas primigenias de sus autores resulten distorsionadas.
El otro hecho que es preciso resaltar en el asunto de la Política y de sus complejidades conforme a autores, textos, tratados que hayan –apreciados en las lecturas a que he hecho referencia al inicio- están expresados en el asunto de que la política por su carácter sincrético y sistémico está necesariamente vinculada (según también hace entrever Sartori) a la Economía, al Derecho, a la Educación, a la Administración, a la religión; a la sociedad en general.
Por otro lado estimo necesario que de las lecturas referidas deduzco que no existen tratados de Política (en su acepción de Ciencia Política y de Filosofía Política) que superen a los paradigmas de Política que prevalecen, cuando menos dos siglos, sin contar sus orígenes en las épocas antes de Cristo (la Política concebida, por Sócrates, Platón y Aristóteles y de Confucio (por citar a uno oriental).
Hasta de los últimos tratadista de la política (Garaudy, Sartori, Vallés, Rawls, Luhmann, etc.); sus planteamientos están, empero, dentro de los cánones y/o paradigmas de la Política tradicional (tanto en su praxis, en su teoría como en su filosofía) y me temo que no existe –o que no existe aún- una revolución política que supere el pensamiento marxista (en todos sus matices, Garaundy fue marxista) y del liberalismo, es decir, el capitalismo (en todos sus matices, entre ellos el neoliberalismo), que son dos paradigmas predominantes aunque con el claro hegemonismo (en realidad dominio) mundial de este último.
Sartori, por ejemplo publica su libro hace treinta años y en tres décadas el mundo ha cambiado tanto, más no el pensamiento político que en, esencia sigue –temerariamente podemos decir que sigue igual como en la época de la antigua Grecia pero adecuada a la modernidad; pero sin lugar la política (vista como praxis, teoría y filosofía) sigue siendo sin lugar a dudas igual en estos últimos dos siglos traducida en la eterna rivalidad entre el pensamiento marxismo (socialismo) y del liberalismo (capitalismo) acerca de la Política.
Nicolás Maquiavelo -a decir de Sartori, “el político” que trata el asunto del Estado, la moralidad y la ética y el que “descubre la política, no siendo científico ni filósofo”-, en realidad no es el político sino el que desnuda – en El Príncipe- al político y describe las buenas y las malas maneras para conquistar el poder y mantenerse en él. Me parece también que él, Maquiavelo, no descubre la política sino la describe.
Otro tratadista que describe a la política en toda su crudeza real, al igual que Maquiavelo es Vilfredo Pareto quien decía que en política hay una “minoría vital” (el que tiene el poder) y una “mayoría trivial” (el resto, dominados) que es la misma idea de Ingenieros que decía que en la política social se es actor y público. En ambas concepciones siempre la “mayoría trivial” y “el público” van por el vaivén de la política, a través del Estado, impuesto por la “minoría vital”.
Precisa también, por otro lado señalar, de cómo la Política (en la sociedad) siempre va vinculada a un instrumento de coacción por excelencia: el Estado. En una sociedad, la política siempre se expresa en el poder del Estado que posee, además, un conjunto de mecanismos de dominación, aun la violencia, vulneración de derechos, la policía, el ejército y, hasta,-como decía Sartori- el poder de la tecnología de información (Videocracia) y el embuste.
A propósito Vallés sostiene que la política incorpora como recurso esencial la capacidad de coacción (fuerza para obligar) y el Estado es la forma política que reivindica el monopolio de la coacción legítima, incluyendo el poder de la burocracia (que dicho sea de paso este poder ha desarrollado Max Weber). Vallés describe en cómo se dan la Autonomía política y coacción en sociedades tribales o prepolíticas; y también en la modernidad. La política es, en esencia, coerción legitimada.
Ciudad Universitaria de San Marcos, 27 de junio de 2012


19 junio, 2012

Ciencia y Tecnología en el Perú

La Comunicación Pública de la Ciencia y Tecnología


Fuente: San Marcos al Día