02 mayo, 2011

SAN MARCOS, Universidad del Perú, Decana de América

SAN MARCOS

Verdades incómodas que permanecen mudas


La Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la Universidad del Perú, la Decana de América, el Alma Mater del Perú, cumple 460 años de vida institucional el 12 de mayo del 2011. Este mes de mayo del año en curso es también importante para la más grande y emblemática universidad peruana porque la Asamblea Universitaria elegirá al nuevo rector de San Marcos del próximo quinquenio. Aunque la referida elección seguirá siendo antidemocrática -por cuanto no será con voto universal-, el Perú y América Latina esperan que con el nuevo rector se inaugure una nueva y distinta época para San Marcos.

Parafraseando a Jorge Basadre, San Marcos es hoy problema; pero también posibilidad. Problema porque teniendo todo -tradición, prestigio y recursos-, para ser la mejor Universidad del Perú y una de las mejores de América Latina, San Marcos no es sino una más de las tantas universidades peruanas, debido a que sus autoridades han institucionalizado un modelo arcaico de gestión en el que prevalece, por regla general, la corrupción y la mediocracia. Empero, San Marcos es también Posibilidad porque una nueva y distinta gestión -moderna, proba y eficiente- posibilitará reivindicar y (re)posicionar sostenidamente su prestigio nacional e internacional.

La hipótesis principal que aquí se plantea es que un nuevo modelo de gestión universitaria, en lucha permanente contra toda expresión de corrupción y mediocracia, es una condición indispensable para que San Marcos sea la mejor Universidad del Perú y una de las mejores del mundo a través del logro sostenido de tres grandes objetivos estratégicos simbióticos: 1) Producir Ciencia y Tecnología a través de la Investigación Científica de calidad, 2) Formar profesionales de nuevo tipo con calidad académica-científica y con adecuados niveles de empleabilidad; y, 3) Administrar a la Universidad con probidad y eficiencia.

Motiva la publicación del presente trabajo, el deseo de contribuir con una modesta opinión al necesario debate nacional sobre San Marcos, señalando –sin eufemismos- sus grandes problemas, aun cuando resulten siendo incómodas verdades. Lo peor para un sanmarquino sería permanecer en silente complicidad con la situación actual de San Marcos o decir que en ella las cosas marchan bien cuando la realidad es otra; ambas actitudes significarían ser partícipe de la eventual derrota de San Marcos a la que el autor se rehúsa hacerlo.

Transformar a San Marcos en una nueva universidad, moderna y competitiva, es un deber colectivo y una necesidad nacional.

Ciudad Universitaria de San Marcos, marzo del 2011
El Autor

Fuente:

Libro SAN MARCOS, verdades incómodas.

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