18 julio, 2012

Nicolás Maquiavelo


NICOLÁS MAQUIAVELO: el gran escritor florentino que desnudó a la Política



Nicolás Maquiavelo nació y murió en Florencia (1469-1527). Adquirió fama mundial con la publicación de su libro El Príncipe, en 1513, en el que dio cuenta de cómo era la Política por adentro. Este famoso libro fue dedicado a Lorenzo de Medicis El Magnífico que entonces era el Rey de Florencia y que tenía por costumbre –muy arraigada en su familia Los Médicis o los Médici que eran mecenas. (Se denomina mecenas a los que tenían poder político o económico y auspiciaban, apoyaban en la época del Renacimiento a los artistas y literatos talentosos para que sean realidad sus grandes obras o creaciones).
En la célebre dedicatoria a Lorenzo El Magnífico, Maquiavelo dice: “Acostumbran, la mayor parte de las veces, los que desean conquistar la gracia de un príncipe, acercársele con los presentes que le resulten más queridos, o con los que más pueden deleitarse; es frecuente ver cómo le son llevados obsequios tales como caballos, armas, telas bordadas con oro, piedras preciosas u otros ornamentos parecidos, dignos de la grandeza de aquél. Así pues, deseando ofrecerme a Vuestra Magnificencia con un testimonio que pruebe mi acatamiento, no he encontrado, de entre cuanto poseo, cosa alguna de más valor y aprecio que el conocimiento de las acciones de los grandes hombres, cosa que he aprendido tras una larga experiencia, os ofrezco  en este pequeño volumen… Desearía, sin embargo, que no se tomara como presunción el que un hombre de tan bajo e ínfimo status como yo osara discurrir y formular las reglas sobre el arte de gobernar un príncipe”. Y así, en más de un centenera de páginas, Maquiavelo da testimonios de la anatomía interna de la Política.
He aquí algunas frases célebres de Maquiavelo: “El fin justifica los medios”.  “Los hombres siempre son malos, si no son buenos por necesidad”. “vale más ser amado que temido, o todo lo contrario. Ser amado y ser temido, sería lo ideal, pero como es difícil conseguir ambas a la vez, es mucho más seguro ser temido primero que amado, cuando se tiene que carecer de una de las dos cosas … el príncipe debe hacerse temer de modo que, si no se granjea el amor, evite el odio; porque puede muy bien conseguir al mismo tiempo ser temido y no odiado”. “Debe el príncipe imitar a la zorra y al león a un tiempo; porque el león no se defiende de las trampas, y la zorra no se defiende de los lobos. Es necesario, pues, ser zorra para conocer las trampas, y león para destrozar a los lobos”.  “De aquí se puede sacar una notable conclusión: que los príncipes deben dejara otros la disposición de las cosas odiosas, y reservarse para sí mismos las de gracia. Concluyo de nuevo que un príncipe debe estimar a los grandes, pero no hacerse odiar por el pueblo”. “Es también estimado un príncipe cuando es verdaderamente amigo o enemigo, es decir, cuando sin ninguna preocupación se declara a favor del uno contra el otro. Esta resolución es siempre más útil que la de permanecer neutral”.

Es necesario, entonces, ser malvado que bueno, el “saber serlo y dejar de serlo”. No siendo dadivoso vas a logra tus propósitos sino siendo un miserable. Es preferible ser rapaz que generoso, cruel que compasivo, desleal que fiel, pusilánime que valiente, soberbio que humano, lascivo que casto, astuto que sincero, duro que flexible, incrédulo que creyente. Si tienes todas las virtudes (lo cual es imposible) serás una persona alabada; y si tienes todos los vicios (lo cual es también imposible), serás censurada. Pues, hay que evitar ambos extremos (virtudes y vicios); es necesario saber combinar conforme a las circunstancias.
Así, Maquiavelo describe tan malas prácticas de la política. Por eso cuando alguien logra o pretende lograr objetivos de malas maneras (medios) se les llaman “maquiavélicos”.

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