Intrigas subrepticias
No recuerdo donde leí esta
historia. Más o menos, el relato es así: una mujer ideó la forma de atraer a
su amante para siempre –así pensó. En una de las sesiones amorosas y sin que se
diera cuenta, untó el pene de su pareja con un ungüento de color morado con el
tenebroso propósito de que al notarlo su esposa, al fin, se diera cuenta de la
infidelidad y lo botara y él no tendría más remedio que venir a sus brazos.
Vano intento.
Esperó una semana, dos, tres y
¡nada! Ni siquiera recibió su habitual llamada por teléfono. Es más probable
que: a) Le haya dado pánico incluso a su esposa creyendo tratarse de una
enfermedad contagiosa y no se cure del susto todavía o, b) que se hayan
descubierto la aventura y reconciliado, lo que significa que nunca más regrese
a la amante. Cualquiera fuera el caso, una buena amante nunca debía pretender
precipitar los acontecimientos.
Por: Nemesio Espinoza Herrera
Por: Nemesio Espinoza Herrera
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