VIAGRAS, CONDONES Y
SILICONAS
¿Ocaso de la humanidad
en la Tierra?
Drauzio Varella,
famosomédico y escritor brasileño ha dicho: "En el mundo actual, se
está invirtiendo cinco veces más en medicamentos para la virilidad masculina y
silicona para mujeres, que en la cura del Alzheimer. De aquí a algunos años,
tendremos viejas de tetas grandes y viejos con pene duro, pero ninguno de ellos
se acordará para que sirven". Patética descripción del ocaso sexual de la
humanidad y de la proliferación de enfermedades que la ciencia aún no erradica.
Nuestros padres,
abuelos y bisabuelos (y nosotros, el lector y yo), no usaron ni viagras, ni
condones ni siliconas; pues resultaban innecesarios. Empero, eran –y son-
absolutamente felices en su vida sexual. Al natural nomás. Cuanto más natural,
más es el disfrute. A propósito de asuntos sexuales, mis tías muy discreta y
libidinosamente decían: “los hombres hasta donde pueden y las mujeres hasta su
muerte con lo que tienen”.
Entonces, como todavía
hoy, no era necesario hacer que pueda el que no puede ni tener lo que no se
tiene. Si no se puede y/o no se tiene, qué le vamos ha hacer. Sin embargo, la
ciencia del sexo, pretende hacer, por ejemplo, que con la viagra se levante el
que no quiere pararse; con la silicona tenga un cuerpo “hermoso” y con el atajo
del condón experimente el orgasmo sin contacto ni roce piel a piel. A todo esto
agreguemos bebés de probeta, clonación, vientre de alquiler. ¿Qué sentido
tendría, entonces, hacer relaciones sexuales para el placer y para reproducirse
–como manda Dios- si ambas cosas se puede hacer artificialmente?
En tan fatal situación
¿Adónde va la humanidad en materia sexual y reproductiva? Por el efecto de la
teoría de la evolución y de la ley biológica de la selección natural, es
escalofriante pensar que de aquí a un cierto tiempo (¿50, 100, 500 años?),
acaso ya no habrá relaciones sexuales en las formas que hoy aún hacemos: hombre
y mujer sin atajos ni tapujos. Acaso simplemente ya no las habrá. Un pene que
no contacta con la vagina (porque se interpone el condón), con el tiempo
se atrofia y desaparece, pues, para qué debe existir algo que ya no sirve para
lo que debía servir. Senos y nalgas en prótesis, hará con el tiempo que no haya
tetas ni caderas naturales. Erectar artificialmente con la viagra con el tiempo
hará que se manifieste la ridiculez del pene porque no está como para
levantarse y defenderse por sí mismo y tenderá a extinguirse.
Como si todo esto
fuera poco, y aún para mayor desgracia de la humanidad, se asoma con más fuerza
el Alzheimer, triste enfermedad que oscurece la mente y hace que no recordemos
quienes somos ni quienes son los más cercanos a nosotros y si a eso agregamos
que olvidamos por completo para qué sirven esas dos tetas grandes en base de
siliconas y para qué ese pene duro en base a la viagra; mejor que venga la
muerte, y pronto. En fin. Me pregunto: ¡¿En el futuro qué sentido tendrá la
vida en la Tierra sin relaciones sexuales?!; peor aún, sin poder recordar cómo
y para qué. Reflexionemos (y oremos). Dios se apiade de la humanidad.
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