30 diciembre, 2013

¿DÓNDE SE FUE EL PADRE PADILLA?

¿DÓNDE SE FUE EL PADRE PADILLA?

Me pareció interesante una expresión coloquial que recuerdo leí pero no dónde. En una entrevista que un experimentado periodista le hace a Victoria Santa Cruz Gamarra, ante una incómoda pregunta del periodista, ella le responde: -Por ser mayor de edad no te mando donde se fue el Padre Padilla. Y el periodista muy interesado rápidamente la inquirió: -Y¿A dónde se fue el padre Padilla? Victoria le respondió con absoluta altisonancia: ¡A la mierda!
Creo pertinente hacer uso en mis pláticas esta casi diplomática forma de mandar a la mierda a la gente, porque ganas de decirlo y a quien decirlo no faltan. Cuando noto que una persona que dialoga (o discute) conmigo habla cojudeces o no entra en razón, le diré cortésmente: “por respeto a tu persona no te mando donde se fue el Padre Padilla”. Sugiero a mi interlocutor retirarse sin decir nada porque si insiste diciéndome: -¿Y dónde se fue el Padre Padilla? No dudaré en responderle categóricamente diciéndole: ¡A la mierda!.
Victoria Santa Cruz, hermana del inmortal Nicomedes Santa Cruz Gamarra, es una famosa compositora, intérprete musical y poetisa. Se destaca como una resuelta opositora al racismo. Una de sus composiciones e interpretaciones que ha logrado fama es:
Me gritaron negra “Tenía siete años apenas,/ apenas siete años, / ¡Que siete años! / ¡No llegaba a cinco siquiera! / De pronto unas voces en la calle / me gritaron ¡Negra! / ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! / “¿Soy acaso negra?”- me dije / ¡ SI ! / “¿Qué cosa es ser negra?” / ¡Negra! / Y yo no sabía la triste verdad que aquello escondía. / ¡Negra! / Y me sentí negra, / ¡Negra! / Como ellos decían / ¡Negra! / Y retrocedí / ¡Negra! / Como ellos querían / ¡Negra! / Y odie mis cabellos y mis labios gruesos / y mire apenada mi carne tostada / Y retrocedí / ¡Negra! Y retrocedí . . . ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! / Y pasaba el tiempo, / y siempre amargada / Seguía llevando a mi espalda / mi pesada carga / ¡ Y como pesaba ¡ . . / Me alacie el cabello, / me polvee la cara, / y entre mis cabellos siempre resonaba la misma palabra / ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!¿Y qué? /¡Negra! / Si / ¡Negra! / Soy / ¡Negra! / Negra / ¡Negra! / Negra soy / ¡Negra! / … / Llaman a los negros gente de color / ¡ Y de qué color ¡ / NEGRO / ¡ Y qué lindo suena ¡ / NEGRO / ¡ Y qué ritmo tiene ¡ / NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO/ …”
Como no recordar a Nicomedes Santa Cruz, hermano de Victoria. Un gran ntelectual y poeta. Hizo famosa a las Décimas. He aquí unas muestras:
“Muerte, si otra muerte hubiera /Muerte, si otra muerte hubiera / Que de ti me libertara / a esa muerte pagara / porque a ti, muerte te diera”. (Anónimo). La Señora Silenciosa, / La Veterana Infalible. / La Muerte, cosa terrible, / La Muerte... ¡tremenda cosa! / Qué fuerza tan misteriosa, / implacable, traicionera: / Llegas al que no te espera, / huyes del que te reclama, / ríes del pobre que clama: / ¡Muerte, si otra muerte hubiera...! / Quisiera librar al mundo / de tu macabra misión. / Quisiera darte prisión / en un abismo profundo. / Quisiera, por un segundo, / contemplarte cara a cara / y que el Cosmos me dotara / de indestructible poder / conjugando un verbo Ser / que de ti me libertara. / Muerte, yo te desafío, / tu presencia no me extraña, / me burlo de tu guadaña / y de tus huesos me río. / … "
“LA PELONA. Cómo has cambiado, pelona / cisco de carbonería / te has vuelto una negra mona / con tanta huachafería./ Te cambiaste las chancletas / por zapatos taco aguja, / y tu cabeza de bruja / la amarraste con peinetas. / Por no engordar sigues dietas / y estás flaca y hocicona. / Imitando a tu patrona / has aprendido a fumar. / Hasta en el modo de andar / cómo has cambiado, pelona. / Usas reloj de pulsera / y no sabes ver la hora. / Cuando un negro te enamora / le tiras con la cartera. / ¡Qué...! ¿También usas polvera? / permite que me sonría. / ¿Qué polvos se pone usía?: / ¿ocre? ¿rosado? ¿rachel? / o le pones a tu piel / cisco de carbonería. / Te pintaste hasta el meñique / porque un blanco te miró. / "¡Francica, botá frifró / que son comé venarique...!" /Perdona que te critique, / y si me río, perdona. / Antes eras tan pintona / con tu traje de percala / y hoy, por dártela de mala / te has vuelto una negra mona. /Deja ese estilo bellaco, / vuelve a ser la misma de antes. / Menos polvos, menos guantes, / menos humo de tabaco. / Vuelve con tu negro flaco / que te adora todavía / Y si no, la policía / te va a llevar de la jeta / por dártela de coqueta / con tanta huachafería”.
Por: Nemesio Espinoza Herrera

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